marzo 17, 2008

Lejos de la tristeza

"Sueña lejos de la tristeza,
sueña lejos del dolor,
como si nada hubiera ocurrido
y aún estuviera intacto tu corazón"

E. Bunbury

marzo 13, 2008

Las manos

Uno trabaja con las manos, con las pinzas y crea pendientes y collares de colores. Una trabaja con las manos en el telar y con la lana hace una falda, y trabaja con las manos la tela y saca una mochila. Otro trabaja con las manos y llena las baldas de vinos. Y cuando vuelve a casa, teje una flor. Otra trabaja con las manos y con los dedos escribe palabras, inventa historias. Y entre trabajo y trabajo de manos, unos mates, y levantar la vista. Y de fondo jazz. Y de pleno el sol. Y luego el atardecer: el cielo volviéndose amarillo entre azul de montañas y una palmera verde.

marzo 12, 2008

Punto de luz

Y dentro del nuevo amanecer, ahí estabais todos.

marzo 11, 2008

Alegría

Un beso, un abrazo, una caricia en la cara, en la mano o en cualquier pedazo con piel.
Despertar cuando aún no ha amanecido y ser testigo del paso de la oscuridad a la luz.
Respirar, que entre el aire hasta dentro y que salga desde bien adentro mientras caminas sobre la arena, con el mar a un costado.
Mirar un pájaro y volar con él por encima del agua, los árboles, los bosques.
Caminar entre pinos y al final del camino: el paraíso.
Llenar la casa de amigos, despertarnos bailando, bien temprano.
Mirarte y sentir un escalofrío.
Inflarme de amor.
Tener ganas de explotar de alegría.
Que aparezcas por aquí.
Compartir.
Sentirte vivo.

marzo 09, 2008

Patios

Córdoba es luz en las casas blancas.
Alegría en los patios, en las flores, en el cielo despejado.
Córdoba es fe en las calles empedradas.
Humildad y paciencia.
Mosaicos.

marzo 04, 2008

Ser auténtico




El primer novio que tuve se llamaba Joaquín y era mi padre. Mi padre era el más guapo de todos, el más alto, el más listo, era el mejor, no había otro como él. El amor que sentía por mi padre lo llenaba todo -¡qué orgullosa iba a comprar caramelos de su mano!- y lo mejor, es que aún lo sigo sintiendo. Parece que el amor de niña se abandona a medida que uno crece, y puede ser cierto que en alguna época de mi vida así lo creyese, porque mi padre era la persona que se empeñaba en no dejarme salir hasta tarde con mis amigas y en hacerme estudiar. El tiempo, la vida, coloca cada cosa en su sitio y te ayuda a comprender las intenciones de los mayores. Gracias a esto, lo que siento ahora por mi padre es que es un héroe, un jefe, un gurú cuyo ejemplo de vida es digno de imitar. Le debo tantas cosas. Gracias a él sé apreciar el valor de la vida, gracias a él mi obsesión por disfrutarla cada día, por reírme, por gozar comiéndome un plato de cocido o una oreja en el Perchas, un paseo por la playa en un día de sol, la lectura de un libro. Y es que él se empeña cada día en recordármelo: "disfruta de la vida ahora que eres joven, hija". Disfruta, disfruta, ese es su mantra, junto con "¡a vivir que son dos días!". Ahora entiendo mejor porqué el sol se empeña en marcharse con él, porque elige su piel entre otras muchas. Mi padre es un contador de historias que se sorprende de que la gente sea capaz de escribirlas (Padre cómo podría convencerte de que es oro todo lo que llevas dentro). Es una sonrisa de dientes blancos caminando. Es un esfuerzo de superación y el enorme ejemplo de que todo es posible si uno quiere. Es el mayor ejemplo de que solo uno está en lo cierto cuando hace caso de sí mismo -si hubieras hecho caso de los médicos que lo ponían todo tan negro, pero no, te empeñaste y lo lograste, les mostraste que tu amor por la vida es mayor que cualquier tópico que se les ocurra-. Mi padre es un corazón latiendo con toda su intensidad. Un ser humano que sabe leer el corazón de los hombres, que me ha mostrado cómo hay que respetar a las personas y dar sin pedir nunca nada a cambio. Un ser sociable por naturaleza, una excelente persona. Alguien que me ha enseñado el valor de esforzarse para lograr lo que uno quiere, que ha dado otro sentido al sacrificio, a la persistencia. La persona más generosa que conozco. Pura vida y alegría. Un jefe que se lo ha montado mejor que nadie para vivir en plenitud. En fin, papá, que felicidades porque hoy es tu cumpleaños y porque estás más vivo que vivo. Felicidades, sobre todo, por lograr que cada día me sienta más orgullosa de ti. Eres un ser auténtico.


Cada día que pasa te admiro más, te quiero más y amo más a la vida.


¡¡Tú llegas a los cien con la gorra!! Feliz vida todos tus días.

marzo 03, 2008