Si ya lo dice Allan: "los pecados capitales son las cosas más placenteras que uno puede vivir. La pereza, o sea, el disfrutar del hecho de estar vivo, el momento presente, lo que hay" ¿Qué hay de malo entonces en dedicarle un día a la pereza? Colchoneta hinchable en el salón, mantita, luces bajas, una peli tras otra: humor, miedo, arte, todas las emociones y el imperio de los sentidos despierto también entre nosotros. Piel y mucho contacto. Visto así, diría yo, hay mucho de bueno en dedicar un día a la pereza. Al fin y al cabo, hemos dedicado el día a estar vivos. Y eso era lo que había: "muucho movimiento entre tanta inactividad". Y mucho placer. Ventajas de vivir.
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1 comentario:
¡Pero qué buena, qué bonita y qué barata que es la pereza! ¿Verdad, hermanita?
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