octubre 14, 2007

Agua, agua

Ha llovido como cortinas blancas. El agua nos llegaba a los tobillos fuera de casa y dentro de casa. Fuera de casa, en un segundo eras un gota de agua y el coche parecía un barco navegando por un río. Dentro de casa, la casa parecía un barco anclado en la tierra. Hoy ha salido el sol y ya no llueve aunque en los caminos -y en casa- quedan charcos enormes que recuerdan la tormenta. Las plantas respiran contentas y yo sigo pensando lo mismo que ayer: hay que tener cuidado con lo que se pide; se puede cumplir.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡cuidado con lo que se pide!!!¡se cumple, siempre!! ¡Y el universo no entiende de intenciones, sólo de pedidos exactos!

carmen dijo...

¿Habéis hecho foticos?