Ayer por la noche todo se oscureció un poco y, por un momento, perdí de vista mi centro. Por eso esta mañana he ido al mar a buscar un poco de luz. El día estaba blanco en el cielo y blanca estaba el agua del mar. El sol salía a ratos y a ratos se escondía, pero es cierto, hacía lo que podía por dejar en el agua un reflejo de luz. Vuelvo a casa y me encuentro con un mensaje tuyo, y tus palabras me dan justo en el corazón. Siempre tienes la palabra más adecuada, la que uno necesita. Me das en el centro, recobro la confianza y el día se ilumina. Gracias.