junio 11, 2008

Creencias

Eva pensaba que su abuelo se había convertido en un caracol, que ese caracol que se encontraba cada mañana trepando por la pared verde de su casa, incluso en los días en los que no llovía, era su abuelo. Por eso ella lo coge, lo acaricia, acerca su oreja a las antenitas del caracol, se ríe. Eva cree que es su abuelo, y qué más da lo que piensen los demás, dice ella, a mí creer en esto me ayuda a seguir viviendo. Cada mañana al verlo tengo un motivo para caminar; de la misma manera, siempre tengo un motivo para volver a casa.

2 comentarios:

Gabriela dijo...

Mágico, Viky...
Es lo que tiene leerte:
siempre da miles de motivos para caminar.
Besos miles,

Gabriela

carmen dijo...

¡Pero que preciosidad! Me ha encantado leerlo.