abril 09, 2008

Alas

Y una mañana cualquiera, al despertar, el miedo recogió sus cosas y decidió marcharse de allá. Había comprendido que ese no era su sitio y se fue sin importarle que lloviera. No cambió de lugar, ni tampoco se murió, simplemente, se tranformó.

4 comentarios:

Chiki dijo...

qu´çe imagen tan bonita, Viki. El otro día leí una carta preciosa de una chica a su futuro esposo (se casan la semana que viene) en la que le explica que la Felicidad entró en su casa y por más que intentaron barrerla, ella decidió quedarse. Igual hacéis un tandem :-)

Besos
Chiki

carmen dijo...

¡¡¡BRAVO!!!!

Pableras dijo...

¿Se transformó en confianza e hizo que la luz de la casa cambiara por completo?

Por aquí también ha pasado algo de eso

Genial Viky, gracias

Ángela C.G. dijo...

tienes toda la razón al decir que el miedo no se marcha, sino que se transforma. Es como un gusano que se convierte en mariposa. Si se sabe aprovechar.
Un abrazo