octubre 24, 2007

Calma

Después de varios días de lluvia, de charcos, de mar revuelto como una lavadora de barro; el mar vuelve a su estado de calma, liso como una manta de seda. Una línea amarilla recorre el horizonte y alumbra los barcos que navegan alejados varias millas de tierra. El viento flojo silba en el oído y un avión cruza el cielo azul. Con los ojos cerrados te imaginas montado en una ola -o en el avión- y te dejas llevar, mecido, al ritmo que necesites, avanzando mar adentro hasta entrar de lleno en el nuevo amanecer.

No hay comentarios: