agosto 26, 2007

Los sueños




Escucha, mi vida, este mensaje es para ti. Hoy he soñado lo mismo que ayer, y que antes de ayer y que todos los días desde que regresamos de allí. Escucha, mi amor, puede que haya llegado el momento. Si miras de nuevo tus alas, es posible que hoy te animes a hacerlo. Confía, es sencillo. Necesitas tus manos, la brocha, los botes de pintura y tus sueños, eso es todo. ¿Listo? Comenzamos: pones tus sueños delante de ti. Con la brocha y los botes de pintura, los llenas de los colores que tienen tus mejores días y, después, les das una mano de luz y una capa de brillo. Ahora, es tiempo de que estires la imagen, que la hagas grande, para que quepas bien en ella. ¿La tienes? Pues adelante, camina y entra en ella. ¿Estás? Pues abre bien tus sentidos, déjate impregnar por tus sueños, vas a descubrir a qué huelen, cuál es su sabor, si su tacto es cremoso, como una pasta de dientes o suave como la arcilla húmeda. Siente qué te producen por dentro, y escucha, puede que al fin descubras que tus sueños también tienen música. Es posible que escuches cómo late tu corazón. Claro, los sueños, también están vivos. Y juntos, podéis ser uno. Como los pájaros cuando se funden con el viento.