Hasta que descubrí la trompeta, pensaba que lo que había era solo una funda. Una funda que apenas servía para nada, dicho sea de paso. Ahora que he encontrado la trompeta, dorada, llena de botones, necesito encontrar al trompetista que hace que el aire entre, circule dentro y salga en forma de música. En el fondo, los tres sabemos que somos uno: funda, trompeta y trompetista.
abril 21, 2008
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1 comentario:
Y ahora, qué?
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