septiembre 16, 2007

Carretera

Salimos de viaje con restos de sueño y de rímel en los ojos, algo cansados, con resaca de la noche y también un poco tristes. Escuchamos la música, el silencio y las voces de dentro, pero no hablamos entre nosotros hasta que llevamos recorridos unos cuantos kilómetros. Y tampoco hay mucho que hablar con palabras. Tú pones tu mano en mi pierna, yo acaricio tu brazo. Tú sigues mirando de frente, la carretera, los coches. Yo miro de lado cómo corre el paisaje. Y de vez en cuando nos volvemos a acariciar, y nos damos calor, y besos en las manos, y nos decimos que tenemos ganas de llegar a casa.